Miel de Brezo

La miel de brezo surge cuando las abejas liban de las flores de lo que se conoce como brezo, brecina o biércol. Científicamente hablamos del calluna vulgaris. Se trata de una planta muy común en zonas de montaña donde destaca por el color púrpura de sus flores.

Es habitual encontrarla en Europa y puede aparecer hasta a 2.600 metros de altura. De ahí que su miel la podamos denominar como la joya “negra” de las montañas. El brezo es una planta que necesita poco agua para subsistir, lo que la convierte en muy robusta y adaptable a todo tipo de terrenos.

Propiedades de la miel de brezo

El brezo es una planta que posee propiedades astringentes, antisépticas, diuréticas y sedantes. Incluso en la homeopatía se ha venido usando para paliar afecciones del riñón.

El brezo y sus propiedades medicinales tienen reflejo en su miel, considerada una de las más beneficiosas para el organismo que hay actualmente en el mercado por su alto contenido en minerales. Los beneficios de la miel de brezo se centran en varias vertientes:

• Prevenir problemas cardiacos ya que estimula el riego coronario. De esta forma es eficaz para reducir el riesgo de infartos, aginas de pecho, arteriosclerosis, arritmias, etc. Eso sí, la miel de brezo y sus propiedades deben estar reforzadas por una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable.

Pero la miel de brezo no solo es una aliada de la salud en el capítulo interno. Este producto también es de uso tópico en el caso de producirse pequeñas quemaduras y heridas. Acelera la cicatrización de la piel y ayuda a su hidratación.

Asimismo, la miel de brezo también posee otras de las propiedades  comunes al resto de tipos de miel a la hora de paliar los dolores de garganta, catarros, resfriados, así como para aportar energía o generar un efecto calmante.